Los vecinos y las vecinas del barrio de la Florida de L’Hospitalet, están cansados del incivismo y el vandalismo. Cuando no es una, es otra. Desde hace unos meses están desapareciendo los pomos y los tiradores de las puertas de las comunidades de vecinos, con el perjuicio económico y logístico que conlleva el acto. En algunos casos los vecinos los substituyen, colocan uno de nuevo y a los cuatro días vuelve a desaparecer.
Ahora también el vandalismo se dedica a romper los cristales de acceso a las puertas de los vestíbulos de las escaleras. El objetivo parece ser que no va más allá de romper y destrozar como divertimento. En fin una manera de pasar el rato, con el perjuicio que conlleva a las comunidades. Como si la gente ya no tuviera suficientes problemas.
Los que provocan los destrozos son una minoría, pero dan más trabajo que toda la mayoría restante.
