Unas influencers, con poco sentido común y cero empatía, que no calculan las consecuencias que conllevan el contenido de lo que publican, han generado una polémica del todo innecesaria, mejor se hubieran podido quedar en sus casitas, sin venir a tocar las narices a L’Hospitalet. Es el caso de Mariona Pujol, que tiene 1,6 millones de seguidores en TikTok.
Mariona, acompañada de una amiga, creadora de contenido en las redes, publicó un vídeo este martes en el que se las veía corriendo por L’Hospitalet de Llobregat, concretamente en el barrio de La Florida, «el barrio más chungo de Barcelona».
En su actividad deportiva por L’Hospitalet manifiestan que en el barrio de La Florida se nota el «olor a kebab » y que no se sienten cómodas porque los vecinos les «clavan miradas» o tocan el claxon al verlas. También denuncian que una rata les atacó.
El vídeo ha tenido mucha repercusión en las redes sociales, y han arreciado las críticas de todo ello por la falta de tacto, la insolencia, la soberbia, y la chulería de clase de las dos niñatas.
Algunos usuarios han asegurado, por otra parte, que las calles que aparecen en el vídeo no corresponden a la Florida sino a Pubilla Cases, y Can Vidalet , que ya pertenece a Esplugues de Llobregat.
El alcalde de L’Hospitalet, David Quirós, ha respondido tajantemente, «Aquí no hacemos postureo, hacemos barrio y hacemos ciudad», en un vídeo publicado también en las redes.
Quirós ha añadido que en Florida, que es uno de los barrios con mayor densidad de población de Europa, hay «más historias de superación que las que caben en un vídeo cutre de TikTok».
No nos hace falta en L’Hospitalet, que nos venga nadie de fuera, para decirnos lo que somos y lo que nos falta, sabemos lo que tenemos, tenemos mucho de positivo, y lo que no tenemos, y disponemos de la capacidad para afrontar y valorar los problemas, como y de que manera lo decidimos nosotros, que ya somos mayorcitos.
Y nos sentimos orgullosos de ser de L’Hospitalet, para lo bueno y para lo malo, porque la madurez y las grandes capacidades se demuestran cuando arrecia el temporal. La mayoría venimos de familias trabajadoras y humildes, y esto nos imprime un carácter especial de resiliencia, y lucha por el bienestar.
Las redes sociales, y las nuevas tecnologías, bien administradas, pueden ayudar y mucho, a crear comunidad, a generar convivencia, pero en manos de un garrulo o una garrula puede desembocar en problemas, y más confusión, a la sociedad.