A partir de las 12:30, cuando salta el apagón en toda la Península, Ayuntamientos, y administraciones, montaron rápidamente planes de contingencia para poder atender, lo mejor que permitían las circunstancias a los ciudadanos que lo podían necesitar.
Teniendo en cuenta que los teléfonos no funcionaban correctamente, el esfuerzo fue titánico, y nada fácil. En el caso de l’Hospitalet, Guardia Urbana y Mossos duplicaron los turnos, para poder disponer de más patrullas, y los técnicos municipales desde un primer momento, con el Alcalde David Quirós al frente, se pusieron a achicar los problemas que iban viniendo, intentando dar respuesta a las necesidades de vecinos y vecinas.
El Ayuntamiento de L’Hospitalet habilitó el equipamiento municipal Carrilet, de Ca n’Arús en la rambla de la Marina, como centro de acogida para todas las personas que lo necesitaran. Y así fue que dos pacientes que se habían desplazado de Vilafranca, hasta el Hospital de Bellvitge para poder pasar visita, al no tener medios de transporte para poder volver a sus domicilios, y no encontrar plaza en ningún hotel, fueron acogidos en Ca n’Arús, para que pudieran pasar la noche y descansar con la atención de los técnicos de Protección Civil.
Por la noche, algunas calles de L’Hospitalet, aun no disponían de luz. Para intentar prevenir y garantizar la seguridad, hubo diecinueve patrullas de Mossos, dieciseis de la Guardia Urbana, dos furgonetas de las Arro de Mossos, y doce agentes de protección civil.
A las tres de la madrugada terminó la última reunión del Comité de Emergencia de L’Hospitalet, presidido por el alcalde David Quirós, que acompañó a las patrullas de la Guardia Urbana, que realizaban la vigilancia preventiva y asegurarse de que la situación estaba controlada.




