A finales del SXVIII, por una disposición impulsada en el reinado de Carlos III, se aprueba trasladar los cementerios, que hasta aquel momento se situaban junto los templos parroquiales al exterior de las poblaciones.
Diversas razones, entre ellas sanitarias abocaban al traslado, que en L’Hospitalet se realizó a mediados del SXIX. En nuestra ciudad el recinto se encontraba en lo que actualmente es la plaza del Ayuntamiento, y la calle Església, que no existía y que se abrió en el SXIX.
En la publicación «Identitats», publicada por el Museu de L’Hospitalet, de la autora M. Enriqueta de Fez i Valero, “El Cementiri de L’Hospitalet (1836-1886)», se explica con todo detalle. Os la podéis descargar en este enlace.

